sábado, 8 de febrero de 2014

SUCEDE


Sucede que hay estaciones
donde los trenes tiene rostro,
cuerpos y miradas de amor,
o de hielo.
Raíles de historias vividas,
camas revueltas,
cuerpos sudorosos,
risas cómplices.
De espalda contra espalda,
reproches,
llantos,
memorias y desmemorias.
Sucede que los trenes
pasan,
se marchan,
subes o los pierdes,
y hay maletas
que quedan olvidadas,
en los andenes del reproche,
en las salas de espera
de los billetes, pasados de fecha,
o caducados.
Sucede que transitamos,
por las vías de los hechos,
no siempre son los que quisimos,
los que quisieron,
los que dicen,
aquellos que sabemos fueron.
Para bien o para mal,
sucede.

imagen: Google

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