viernes, 14 de febrero de 2014

TRANSFORMACIÓN



Y supe
después de mucho tiempo,
que nada importaba,
el miedo seguía anidando,
sobre sus recuerdos.
Mis manos desnudas,
devinieron garras,
la piel que me amó,
temió de mí, la tortura.
Até mis manos a la soledad,
mientras mis dedos lloraban
la ausencia de la piel amada.






imagen: Ramiro Ramirez Cardona

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