lunes, 18 de julio de 2022

YO Y MIS YOS














YO Y MIS YOS

Las muchas que hay en mi

miran mis silencios

con el estupor de las niñas

que no hablan por no ser acusicas.

Bajan los ojos y murmuran

entre dientes por no callar del todo.

Las muchas que hay en mi

han querido ser otras

algo más fuertes 

más valientes 

pero no pudo ser.

Unas se escondían tras otras 

la primera se disfrazaba de risa nerviosa 

para defender de los listos a mis pobres yos.

Siempre quise ser otra

sin disfraces

sin maquillajes 

sin aquellos tacones tan altos

que me elevaban del suelo

haciéndome sufrir de un vértigo 

del que aún padezco. 

Quise no vestirme con trajes de noche

ni de coctel

ni aprenderme los diálogos 

de aquellas que tan sólo vivieron

en el papel que le dieron sus autores.

Y empecé a imitarlos

a escribirme

a ponerme en un papel desnuda

por ver si así desaparecía.

Nunca quise ser yo

y por no quererlo me multiplicaba.

Me asusté cuando salieron tantas 

que a fin de cuentas eran

un yo repetido en distintas secuencias. 

Abrí la puerta de las nubes

imaginé un suicidio colectivo

una noche de silencios 

de abortos en mí y de mi misma

un pasarme al otro lado 

sin que nadie se percatase

salvo mi gato que aún no vivía conmigo. 

Siempre tocan las doce de la noche

cuando quiero irme pero no me dejan.

Siempre me sonríe una imagen de mujer

que no conozco y aún así

se viste de mis abrazos

se peina con mis besos

me canta la canción del agua

besa mi frente 

y me pide que espere otra noche

que cuente el cuento de aquella estrella 

que bajaba a dormir en el suelo

a mi lado cuando el viento callaba

para escucharme. 

Se me han ido los trenes de la ilusión

los he ido perdiendo por el camino 

los rieles se han llenado de hierbajos

he enterrado a una niña una joven 

y una adulta entre los vagones 

sin revisores y retrasos absurdos. 

La mujer me enseña otras que

guarda entre sus senos

otras " yo " que aún sonríen

todavía besan 

y aún cantan la canción del agua.

Tengo una maleta casi vacía

he dejado muchos apeaderos atrás

no sé si quiero llegar a otra parte

que no sea el sueño de mi propio abrazo.

Aún creo en la vida que se cansa

en el hombre que vomita frente a la belleza

que teme la verdad

que busca al conejo blanco 

ignorando que es el mismo 

el que corre en busca de unos guantes 

que no le habrán de librar 

de su responsabilidad. 

Ya no hay tantas en mi,

poco a poco se  han ido durmiendo

olvidándose de bajarse en las estaciones 

porque nadie avisaba.

Ellas se han ido diluyendo en el tiempo

y poco a poco han de dejarme sola

frente al espejo de quien seré 

cuando la hermosa mujer me pida

que la vista con mi cuerpo

dándole con desgana el último beso

que cierre mi boca. 


mabel escribano 

d.r.

imagen: google

No hay comentarios:

Publicar un comentario