No me daba tiempo tu tiempo
para ser romántica.
Apenas entrabas por la puerta
me abalanzaba sobre tu boca para tomar tu aire con la mía.
Te aseguro que siempre fui
una romántica.
Soñaba con acariciar tu espalda
con suavidad y de manera lenta.
Tomar tu cuello y acomodar mi cara en él
susurrándote lo mucho que te amaba
pero realmente, no teníamos tiempo
para hacer el ritual de los cisnes.
Por eso, en lugar de ser romántica
me convertí en caníbal
con tanta hambre de tí que
maldecía la ropa
que te ocultaba de mis ojos
distanciándote de mi piel.
Y es cierto, ni tuve tiempo de ser romántica
ni me lo diste para intentarlo.
Ya ves, en el fondo estoy segura
de que te gusté más
siendo una hambrienta de tu amor.
Por eso, ni permitiste ni conseguí
estar de ti saciada.
Me consuela y espero
que te tranquilice saber, que
con el paso de los años, me he vuelto
vegetariana.
mabel escribano
d.r.
imagen: google