jueves, 22 de octubre de 2020


 MIEDO -Biografía-

Siempre viví con miedo,
a mi padre,
a las monjas,
al cura,
a las matemáticas que no entendía,
a los suspensos,
a los pecados,
al infierno con su fuego eterno,
a la semana santa con sus imágenes tapadas,
a sacar almas del purgatorio,
a que me avisaran esas almas con tres golpes,
un día antes de mi muerte.
Viví con miedo al sexo que no entendía
y estaba prohibido explicar.
Con miedo al fracaso,
a los grises,
a los de la secreta que asustaron a mi madre,
cuando fueron a casa a preguntar por qué me escribía,
con tantos comunistas,
por medio de la revista Radar.
Viví con miedo el parto,
la maternidad,
el día a día de un matrimonio rutinario,
fundamentado en el trabajo del hombre,
y su éxito.
Un día sin saber cómo, me perdí.
Me perdí en la ciudad,
sin recordar mi nombre,
ni sus calles,
ni la razón que tenía para seguir respirando.
Y me encontré conmigo,
mirando cara a cara a mis miedos,
harta de su presencia,
cansada de su mandato.
Y me bajé de los tacones,
dejé mi ropa de señora de fulano de tal,
y en unos grandes almacenes,
compré un pantalón vaquero,
una camisa a cuadros y me propuse tener,
una vida nueva difícil y real,
llena de incógnitas, y temblando
le planté cara al miedo,
asustándolo.

imagen:Christiane_Vleugels

viernes, 28 de agosto de 2020

INESPERADAMENTE

Con qué impunidad una se va,
desaparece y el tiempo entierra su recuerdo,
-si es que lo hubo-.
Su voz cae, en un olvido de decibelios,
perdidos en la velocidad de un sonido que,
le cede, un asiento cualquiera entre la multitud.
Y muchas cosas quedan por hacer,
dispersas en la habitación del tiempo,
tiradas sobre la alfombra del mañana que,
no pudo llegar, ni llamó a la puerta.

imagen: google

domingo, 16 de agosto de 2020

DE AUSENCIAS

Ladrillos de ausencias,
han hecho edificio en mi alma.
Ventanas tapiadas,
puertas cerradas con candados,
ascensor sin motor,
y esa soledad carente de habitantes 

que,en las noches lloran sin lágrimas,
porque ya no quedan y no hay tiempo,
para volver a plantar, las semillas del dolor.
Cuento las escaleras y miento,
porque tras el siete no le sigue el doce,
canto aquella canción contra el miedo,
que pone plantas verdes de plástico en cada rellano.
Y un portero invisible me entrega las cartas
que nunca me escribes porque te basta con,
conocer mi cuerpo,
mis abrazos,
mis besos,
mi sexo pero,
ignoras donde sin vivir, vivo,
donde me muero,
entre ladrillos de ausencias.



Imagen: google 

miércoles, 12 de agosto de 2020

TAL VEZ

Tal vez no soy nadie
y me invento,
mientras veo pasar,
la ambulancia amarilla,
el taxi vacío y la señora,
que entra en la farmacia,
empujando a la que sale.
Tal vez no soy nadie,
y me creo a mí misma,
recién salida del limbo,
sin tomar número,
sin hacer cola,
y doy mi nombre,
en el restaurante mexicano,
para que me reserven mesa,
y el camarero no toma nota,
ni pregunta para cuantos,
ni a qué hora.
Tal vez me escribo para ser,
aunque no sea,
y no me importa si me leen o no,
porque si no existo...
¿Qué más dará?.
Y mientras pienso dónde me habré,
olvidado el cuerpo que me dieron para ser,
veo al muchacho que se pelea con la bici,
del ayuntamiento,
que no quiere salir de su candado.
Y la muchacha que se pelea con el novio,
mediante el móvil,
y llora,
y le llama cerdo,
y vuelve a llorar,
y le dice que ella casi se muere,
y se seca las lágrimas,
y le dice que bueno,
que si, que le quiere,
aunque sigue pensando que es un cerdo,
pero menos.
Paso un semáforo en rojo,
aunque no viene ningún coche,
y aunque viniese...si no existo,
nada iba a pasarme.
Tal vez me estoy soñando y me veo,
como quien no se ve, porque no se mira.
Y entonces sucede,
que un mosquito tiene más fuerza que yo,
que me pica y me duelo,
que me rasco y me noto,
y entonces sé que si,
que ésto que toco sin placer alguno,
soy yo,
es mi cuerpo,
y bajo a la farmacia,
y empujo a una señora que sale,
y no le pido perdón porque,
esto lo vi antes y no lo hice.

imagen: google 

viernes, 24 de julio de 2020

CORTO ESPACIO

Viví un feliz tiempo entre tus brazos,
y quise vivir contigo para siempre,
olvidando que, hasta el dolor termina,
y el placer se acurruca,
en el corto espacio de una sombra.


Imagen: google 

TEMOR

Como en el cuento de la úlcera y el indiano,
me he acostumbrado a que me duela tu ausencia,
y no sabría que hacer sin el dolor de no tenerte.
En ocasiones, parece que el mal me abandona.
Le espero como todos los días pero, se retrasa,
y una congoja llama a la puerta de mi costumbre.
¡ No sabes cómo me asusta, dejar de echarte de menos!



Imagen: google 

martes, 14 de julio de 2020

LA DIGNIDAD DE VIVIR

Hay gente que muere antes de morir.
Gente que tiene miedo a moverse,
no fuera a ser que,
alguien se percate de que existe,
truncando su esperanza de seguir viva,
pero...¿dónde?
La vida es riesgo,
respirar es arriesgarse a contraer los pulmones,
a dejar entrar en tu cuerpo el virus de la valentía,
aunque no lo sepamos.
Tal vez por eso, lloramos al nacer,
dejando el miedo en los primeros brazos que nos sacuden.
Y el sentimiento nos persigue.
Abandonado en los primeros años de nuestra infancia,
nos busca en la adolescencia.
Nos atrapa en el primer amor,
donde se hace dueño de,
las dudas y el temor al rechazo.
Somos miradas huidizas,
rubores que todo el mundo advierte,
mientras el espejo nos martiriza con un acné primerizo,
en la cara y en el alma.
Y se hace camino,
donde tan sólo había vereda.
He visto gente muerta antes de morir,
con tanto miedo a vivir,
que hicieron de su vida,
un suicidio constante.
Un día me vi en el espejo de sus pánicos,
y temiendo ser una más me lancé al vacío.
Fue un salto muy caro.
Perdí parte de mi carne,
hoy sigo pagando mi coraje,
tan sólo gané esta especie de vacuna que,
frente al reto de la vida, me da la fuerza de,
no temer perder cualquier cosa,
salvo la dignidad de caminar el tiempo que me resta,
sin miedo a mi misma.


Imagen: google 

domingo, 5 de julio de 2020

TROPIEZO

Me tropecé con la luna.
Tuve que taparla con mi sábana.
Venía llorando desnuda de amor.

imagen: Dorian Contrast

viernes, 19 de junio de 2020

ESPERAR

Aprendí a esperar tras las rejas del internado,
oteando la libertad de un velero,
sobre el mar azul,
sin saber que tampoco era libre,
-eso lo supe más tarde-.
Aprendí a esperar los atardeceres rojos,
donde el viento se vestía para bailar con los pinos,
despuntando pequeños puñales verdes.
Y esperé presa de la religión,
de las costumbres,
las situaciones,
lo que se podía y lo que no se pudo.
Aprendí a esperar pero ellos no entendieron,
tenían un libro,
obedecían a un libro,
donde yo no estaba,
aunque estaba escondida entre sus líneas.
Y esperé en sus normas,
y fui como ellos,
pero no tan ellos,
como ellos quisieron.
Y me cansé de esperar,
lo dejé todo y me fui,
a donde tú
-que sigues su libro-
no irías pero yo, que ya no seguía nada,
ni a nadie, si fui.
Y ya no esperé,
claro que nadie me esperaba,
pero comprendí que,
tampoco los veleros de mi infancia eran libres,
Tenían un patrón,
que izaba o arriaba las velas,
como hicieron conmigo tantas veces.
Ahora ya no,
ahora camino,
despacio o deprisa,
he aprendido a no esperar.
¿Para qué conjugar el verbo,
si a mi, no me esperan?

imagen: Marlen Celorio

miércoles, 17 de junio de 2020

TE AMO

Te amo,
en tu idioma y en el mío,
que es el mismo,
aunque no me entiendas.
Te amo,
por grafismos,
por señas,
por señales,
por mapas de carreteras,
que no se usar.
Por postales cursis,
por músicas románticas,
por lencería comestible,
por desnudez insinuada.
Te amo,
por lo que sabes,
lo que ignoras,
lo que sé,
lo que creo que sé,
aunque esté equivocada.
Te amo,
dentro y fuera,
por ti y por mi,
sin preguntar,
preguntando,
mientras duermes,
caminas,
despotricas,
te enfadas y me enfado,
en tu idioma que es mío,
aunque no lo parezca,
sencillamente...te amo.

imagen: google

martes, 16 de junio de 2020

CARICIA AÑORADA

Ayer te abracé.
Tiempo después,con una sonrisa,
recordé el abrazo.
Hoy me entretengo en acariciar las palabras,
como si fueran tu cintura.


Imagen: google  

lunes, 1 de junio de 2020

VOLVER A PARÍS

Me duele París, sin tu mano,
sin un café endulzado con tu mirada,
con tu ojos de asombro en las avenidas,
sin tu risa frente a una torre
a la que tu vértigo y el mío,
no nos permitirá subir.
Me duelen las brumas
alrededor del batobús
el pasar bajo los puentes
sin poder besarte.
Las calles llenas de tenderetes
con gran multitud de quesos expuestos,
que tú comerías tan sólo con la mirada,
por aquello de "mantener la línea".
Me dá igual el Sena,
sin hacerte tocar sus aguas,
sin mostrarte las barcazas
donde viven los últimos románticos.
Notre Dame la hermosa gótica
me recuerda a Quasimodo,
Y por querer, quisiera
que durmiésemos en aquel hostal

enamorado de Esmeralda.
Los tenderetes de la izquierda del río,
los locales de jazz y el café de Flore.
La bohemia turística de Montmartre,
que nada tiene que ver con aquella época
del Bateau-Lavoir donde los artistas
Kees Van Dongen, y Picasso, compartieron
hambre, arte, frío y descaro.
En el Folies Bergère nadie volverá a ver
a Joséphine Baker, vestirse con platanos,
y el Moulin Rouge tiene la misma pinta,
que el Molino de Barcelona.
Quiero que vayamos al museo D' Orsay,
el Louvre me agobió como me agobian
las grandes superficies.
del viejo corso, cargado de medallas,
de bigote curvo como las dagas.
Quiero volver a París contigo de la mano,
viéndola como sueñan,
los que sueñan con París,
enamorada.


Imagen: Google 

sábado, 28 de marzo de 2020

EN BICICLETA

He dejado sonar el teléfono,
sé que eres tú,
y aunque tengas muchas cosas que decirme,
ya no me interesan.
He visto pasar muchos coches,
por la carretera de tu vida,
y a todos los has abandonado,
al borde del camino, sin gasolina.
Yo voy en bicicleta,
son mis pies los que pedalean,
tú no estás acostumbrada a tan poca cosa,
y yo no estoy acostumbrada a tanta presunción.
Sólo por eso he dejado sonar el teléfono,
quitando el sonido de tu impertinencia.
Te he dicho que, sé quien y cómo eres.
Ya no me engañas.
Seguramente mañana,
encontrarás un Mustang que te lleve,
yo continuaré pedaleando,
como siempre hice y haré, en mi vida.


Imagen: Google 

viernes, 21 de febrero de 2020

PALABRAS VACÍAS

Aprendí de niña en el teatro que,
el aplauso no se come.
Que el hambre no se va de la boca,
sin darle algo más que un espacio de vanidad.
El frío sigue aún sabiéndote el papel de memoria,
y la ovación de un buen mutis no vale,
lo que el calor de un buen fuego.
La palabra precisa,
la vulgaridad de un personaje,
el vestuario de una alta comedia,
no hace que se callen los sonidos,
del vacío en el estómago.
Los hermosos textos durmiendo,
en la cama de nuestra memoria,
son inservibles para calentarnos.
Y de nada vale el laurel del éxito,
sin una olla con carne en la que cocerlo.
Aprendí de niña a esconder el hambre.
Luego tuve que esconder otras hambres,
en la caja de mi sonrisa.
Y crecí sabiendo que la palabra por sí sola,
no nutre si no la llenas de hechos.


Imagen: Google

ENVEJECER

Los años son libros en los que aprendes,
-si es éso lo que buscas-.
Se agudizan los sentidos y,
encuentras sin esfuerzo,
la aguja en el pajar que antaño no localizabas.
Distingues la verdad de la mentira,
sin precisar delatar al mentiroso,
dejando que disfrute la creencia de que eres tonta.
Descubre sin dolor,
la diferencia entre el amar y el querer,
y te das cuenta de que lo primero es tan difícil,
como envejecer sin quejarnos.
Asomada al balcón de la vida,
sin alharacas ves pasar el ayer,
echándole el confeti de una sonrisa en equilibrio
con el "ahora".
Probablemente estés sola pero,
el tiempo te ha hecho el regalo de saber que,
estás contigo y te valoras.



Imagen: Google 

miércoles, 19 de febrero de 2020

EL DÍA

EL DIA

Hoy dicen que es "El día",
y él se esconde azorado,
porque sabe que no hay día,

que no sea de ella.
No hay día que no le duela,
el dinero que no llega,
el muchacho que no estudia,
el hombre que sin trabajo,
permanece taciturno,
frente a un televisor que no mira.
No hay día que no le pertenezca,
para lavar,
planchar,
cocinar,
y maldecir esa fiebre que no puede pasar en cama.
Y pese a todo, sonríe,
porque hoy es "EL DÍA",
En el que chillará por sus derechos,
pensando en la comida que habrá,
que hacer para mañana,
reclamando una justicia,
que no está ni se la espera.
la que ya reclamó su madre,
y antes que ella, su abuela.
El mismo día,
con las mismas preocupaciones.
Hoy dicen que es "El día",
y el día se esconde con vergüenza,
porque sabe que,
no hay día que no sea, de ella.