lunes, 23 de julio de 2018

JULIO

Seca el calor la palabra,
en la fuente agoniza una hoja,
mientras una tórtola bebe,
el contaminado espanto,
de una tierra seca.
Sudo,
el poema se deja caer lánguido,
sobre las impertinentes gotas,
que corren por mi cara.
Julio me mata a bochornos
mientras mi amor,
sin importarle mi sudor,
me revive a besos.

imagen: google

BELLEZA

Queda ajustado el día,
al bello traje de tu piel,
y mis caricias cierran,
botón a botón la apertura,
de tu espalda.
Ojales de mis besos,
cuentan el arte de tus curvas,
museo vivo al que hago,
oposiciones para ser,
guarda perpetuo,
del bello edificio de tu cuerpo.

imagen: google

NO TIENE PIES

No tiene pies el alma. 
Se queda quieta en un rincón,
esperando olvidar que, 
no corre ni camina.
No tiene pies el alma,
y tiembla cuando sabe que
el dolor la cerca.
Alguna vez se arrastra,
intenta recorrer el pasillo de la angustia,
hacer de muñones dedos,
de los dedos, manos,
agarrarse al ladrillo del " tal vez "
y reptar sobre la memoria alegre,
de un instante pasado.
Pero no tiene pies el alma,
y se queda quieta,
temblando,
sola y quieta.

imagen: google

viernes, 20 de julio de 2018

MEMORIA Y AMANECER

Como nace el amanecer, 
de cualquier día,
alguno de ellos, 
renaces en mi corazón hecha recuerdo.
No dueles,
no reabriste la cicatriz,
que ayer fué profunda herida.
Nada me invita al suspiro.
Recuerdo que te amé,
aunque no tengo en la memoria,
escrito el motivo.
Te amé sin más,
como se ama la belleza,
que ni te mira,
ni te pide que la alabes.
Te amé y me amaste,
a tu manera, claro.
Y a mi manera,
de nada sirvió que lo hicieras.
Hay cosas que se desmontan,
como un reloj de cuco.
El pájaro muere,
y la caja queda hermosa y solitaria,
buena para nada.
Hoy me acordé de lo mucho que te quise,
y a no querer, se me escapó una sonrisa.
Recuerdo que te amé bien,
por encima de mí, en dativo.
Fué tan hermoso,
como el amanecer de hoy,
de mañana,
de cualquier día en la memoria
de lo vivido.



Imagen: google 

lunes, 16 de julio de 2018

SI ME LEVANTO MAÑANA

Mañana será otra cosa.
Tal vez se levantará el cielo vestido de azul, 
como una muñeca antigua,
o con agujeros de nubes grises como un pobre,
de los de antes,
aquellos que llevaban,
pantalones rotos por el uso,
que no por la moda.
Mañana me levantaré o no,
y si no me levanto,
llorará por mi quien tenga que hacerlo.
Dejarán de importarme las injusticias.
Las estúpidas batallas de los egos políticos
arrastrando a las buenas gentes.
Las fronteras emocionales e irracionales.
El cementerio marino de mi Mediterráneo,
donde los dioses pescan almas,
porque ya hay más muertos que peces,
más cruces que redes.
La indiferencia de Europa,
tan vieja,
tan temerosa,
tan avara,
que ha de morirse,
aferrada a lo que fué y hoy ya no es.
El hambre a secas porque ni agua hay para dar,
a los que no tienen diamantes ni petróleo.
Y si me levanto,
me seguirá doliendo la ciática.
Me cansará el cansancio de mi cuerpo.
Me pesarán los besos que hoy por hoy,
no puedo dar a quien amo.
Me dolerán los dolores de mi hija.
Mi gato seguirá maullando a las siete de la mañana,
para que le dé de comer,
subiéndose a la mesa donde escribo,
sin dejarme hacerlo.
Mañana será otra cosa.
Otro cielo, o el mismo azul aburrido.
Otra factura emocional que se puede pagar,
o no. Nunca se sabe.
Otra promesa incumplida,
en la lucha por el poder.
Un dolor amigo imposible de aliviar,
salvo con el abrazo y el silencio,
escuálida tirita para la profunda herida.
Más ausencia.
Algo más de melancolía,
y una tristeza disimulada entre frase y frase,
azúcar de la ironía de un posible café,
si acaso, me levanto mañana.


Imagen: google