Doblaste la esquina,
esa en la que tu corazón,
era pared y mi alma ladrillo.
Tus pasos resonaron,
en la madrugada sin sol,
visitada unas hora antes,
por una aurora lastimera.
Se apagaron las luces,
entró la niebla,
cerrando las ventanas,
que ambas al unísono abrimos.
Doblaste la esquina,
sin percatarte que,
demolían el edificio.
imagen: Google
esa en la que tu corazón,
era pared y mi alma ladrillo.
Tus pasos resonaron,
en la madrugada sin sol,
visitada unas hora antes,
por una aurora lastimera.
Se apagaron las luces,
entró la niebla,
cerrando las ventanas,
que ambas al unísono abrimos.
Doblaste la esquina,
sin percatarte que,
demolían el edificio.
imagen: Google