jueves, 4 de noviembre de 2010

EL SUSTO

Todavía me dura la impresión. No sé como entró ni por donde, pero estaba allí, frente a mí, mirándome con una sonrisa irónica en los labios. Sin decir palabra.
Su cara me sonaba de algo, pero yo siempre fui mala para las caras. Callaba ,seguía sin decirme nada.
Se limitaba a mirarme y a sonreír. Me llegó a irritar tanta sonrisa -y mira que es difícil irritarme!!-
Intenté decir alguna cosa..pero no pude.Como si de una parálisis repentina se tratase, mi voz se negó a articular palabra alguna.
Allí estábamos, aquella mujer y yo, frente a frente, a las ocho de la mañana mirándonos como dos estúpidas y sin decir nada.
El corazón empezó a latirme a un ritmo acelerado...en mis sienes retumbaban frases como "Que hable...que diga algo...que hable". Y se hizo el milagro...la mujer del espejo lanzó una carcajada que retumbo en el pequeño cuarto de baño, dándome un susto inesperado., y entonces reconocí el paso del tiempo en mi cara.

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