Hay un anciano en mi corazón
que ha vivido mil vidas
encadenándolas muerte a muerte,
girando en una rueda infinita
el proceso de Lázaro.
Hay mil arrugas en el rostro del cansancio
un saber que no importa lo que hagas,
todo girará nuevamente al lado contrario
de tu voluntad.
La primera vez, gritarás que se han equivocado,
y así, hasta percatarte de que no,
que no hay error posible
que eso que sucede,
es aquello a lo que llaman infierno.
Y te adaptas a llorar sin ruído,
a ver pasar la felicidad por tu puerta
sabiendo que te la muestran
para que sufras,
y sufres,
gritas,
te desesperas
te quedas afónica,
ya no puedes más,
te sientas y ves pasar el cadaver
de tus deseos, dándote cuenta de que
"eso era ver a Dios y dejar de verlo".
Limpias las babas a tu corazón
y le animas diciéndole,
que ya falta menos,
aunque no sabes lo que dura el castigo
de haber mordido la manzana prohibida
de la felicidad.
imagen:Se color
que ha vivido mil vidas
encadenándolas muerte a muerte,
girando en una rueda infinita
el proceso de Lázaro.
Hay mil arrugas en el rostro del cansancio
un saber que no importa lo que hagas,
todo girará nuevamente al lado contrario
de tu voluntad.
La primera vez, gritarás que se han equivocado,
y así, hasta percatarte de que no,
que no hay error posible
que eso que sucede,
es aquello a lo que llaman infierno.
Y te adaptas a llorar sin ruído,
a ver pasar la felicidad por tu puerta
sabiendo que te la muestran
para que sufras,
y sufres,
gritas,
te desesperas
te quedas afónica,
ya no puedes más,
te sientas y ves pasar el cadaver
de tus deseos, dándote cuenta de que
"eso era ver a Dios y dejar de verlo".
Limpias las babas a tu corazón
y le animas diciéndole,
que ya falta menos,
aunque no sabes lo que dura el castigo
de haber mordido la manzana prohibida
de la felicidad.
imagen:Se color
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