Como quien mira el océano,
sin abarcarlo, sin terminarlo de ver,
así te miraron mis manos,
caminando por tu piel,
acariciándo los montículos,
de tus senos, las lunas de tus pezones.
Las yemas de tus dedos,
ayudaron a las mías, a bajar por tu cuerpo,
apartando la frondosidad, de la senda hacia tu fuente
donde saciaste mi sed de ti, dejándome dormir,
el cansancio del camino, sobre el valle de tu vientre
protegido por el arco iris de tu mirada,
luego de la lluvia enamorada, de tus ojos.
imagen: Alex Freund
sin abarcarlo, sin terminarlo de ver,
así te miraron mis manos,
caminando por tu piel,
acariciándo los montículos,
de tus senos, las lunas de tus pezones.
Las yemas de tus dedos,
ayudaron a las mías, a bajar por tu cuerpo,
apartando la frondosidad, de la senda hacia tu fuente
donde saciaste mi sed de ti, dejándome dormir,
el cansancio del camino, sobre el valle de tu vientre
protegido por el arco iris de tu mirada,
luego de la lluvia enamorada, de tus ojos.
imagen: Alex Freund
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