domingo, 7 de diciembre de 2014

SEXO


Una se vuelve sexo
frente al sexo,
descubre la suave delicadeza
de una piel,
que sin ser suya,
lo es, por ser caricia
entre sus manos.
Sorprendida se agita,
felina sobre otro cuerpo,
que se ondula bajo el propio.
Oleaje sinuoso de un mar,
de gemidos al unísono.
Sinfonía ejecutada
desde la obertura de,
la suavidad del beso,
preludio in crescendo,
del mutuo deseo,
prendido en el movimiento,
de las aletas nasales,
en la sed de los labios,
y abriendo las cortinas
de los párpados,
el brillo del deseo,
en el dintel de los ojos,
que pasan a ser
nuestros sin serlo,
porque con ellos,
amorosa y sexualmente
nos desnudan.



 imagen: Google

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