No me han dado opción
-en este carnaval de vida-
de disfrazarme de otra cosa,
que de mi misma.
Porque es un disfraz
el que nos dan cuando llegamos,
de ésto, tu de aquello,
te guste o no te guste,
sea tu talla o no lo sea.
Por eso, me visto con lo único que tengo,
y paso por entre la distancia,
de mi falta de moda
y el modo, en que,
la asumen otros.
Esos que piensan,
que yo elegí éste vestido,
y además, me gusta.
imagen: vadim-stein
Está claro que el hábito no hace al monje...hay algo más que lo que se ve.
ResponderEliminarEstupendo
Un abrazo