viernes, 15 de diciembre de 2017

AMISTAD

Vendrán a mí las nubes preñadas
de tu llanto y sufriré contigo
la húmeda caricia de la lluvia.
No secaré tu cara,
no abriré mi boca,
me quedaré quieta a tu lado.
Cerraré los ojos,
dejaré escapar el pájaro de mi alma,
sobre la nube que te cala hasta los huesos,
ese dolor que no puedo paliar.
Quieta asistiré al duelo de tu desesperanza,
pero sabrás que estoy,
pese a tu lluvia ácida de dolor,
junto a ti, sin buscar resguardo
ni asirme al paraguas de la excusa.
mabel escribano
d.r.
imagen: google

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