Cuatro paredes desnudas,
hambre de ti,
de mi,
de nosotras.
Un visillo rasgado,
sobre el borde de la ventana,
aquel pedazo de historia,
escrito a cuatro manos,
a dos bocas,
unidas por un beso.
Un olor a cocina,
levantándonos el hambre,
dos risas bajo las sábanas,
mientras el jazz sonaba,
las grietas del techo,
simulaban, nubes desportilladas
de pintura blanca,
acariciadas por nuestras miradas.
Revueltas entre las sábanas,
oliendo a sexo,
riendo como criaturas,
nos levantamos, con hambre.
hambre de ti,
de mi,
de nosotras.
Un visillo rasgado,
sobre el borde de la ventana,
aquel pedazo de historia,
escrito a cuatro manos,
a dos bocas,
unidas por un beso.
Un olor a cocina,
levantándonos el hambre,
dos risas bajo las sábanas,
mientras el jazz sonaba,
las grietas del techo,
simulaban, nubes desportilladas
de pintura blanca,
acariciadas por nuestras miradas.
Revueltas entre las sábanas,
oliendo a sexo,
riendo como criaturas,
nos levantamos, con hambre.
imagen:AdminKatja Burkard
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