La lágrima,
salta del ojo, atraviesa las pestañas,
y rueda sola, sobre el rostro,
sabiendo que es este
su primer y último recorrido.
Ha de morir pensando,
en una soledad que nunca quiso,
y ahora sin nada, sin un sentimiento
que la acompañe, en éste instante,
no quiere,
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