Te dije...
que no irías a ninguna parte,
que ésa senda, ya la anduvimos,
y fue un error, como tantos.
Te dije...
que no es bueno querer caminar,
con los zapatos de otro,duelen,
y el otro, sin ellos, sangra.
Ya ves,
creí que entendías,
la razón de mi llanto,
la desesperación de haber tenido,
lo imposible a mano y no ser capaz
de alcanzarlo.
Te dije...
Y ahora eres tú,
quien está llorando.
imagen:Leticia Casta
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