Cansancio de la palabra,
retumbando en la mente.
Llamando a la puerta de mis dedos,
imperativa dándome órdenes,
imponiéndose para que la traslade
a un papel o al aire.
Cansancio del "para nada"
y seguir mandándo,
escribir y escribir, hasta en sueños.
Escapa el silencio de tanta jerga,
un batiburrillo de fonemas,
pidiéndome artículos, calificativos,
historias, poemas y versos.
Y yo,
desnuda de imágenes,
rota de vivencias,
tapando las cicatrices de mis excesos,
enloquezco buscando en el baúl de mi vida,
el raído diccionario de la lengua,
que no pude estudiar.
Imagen: Google
retumbando en la mente.
Llamando a la puerta de mis dedos,
imperativa dándome órdenes,
imponiéndose para que la traslade
a un papel o al aire.
Cansancio del "para nada"
y seguir mandándo,
escribir y escribir, hasta en sueños.
Escapa el silencio de tanta jerga,
un batiburrillo de fonemas,
pidiéndome artículos, calificativos,
historias, poemas y versos.
Y yo,
desnuda de imágenes,
rota de vivencias,
tapando las cicatrices de mis excesos,
enloquezco buscando en el baúl de mi vida,
el raído diccionario de la lengua,
que no pude estudiar.
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