No estoy ni alegre ni triste,
tampoco indiferente,
ni tan siquiera perpleja.
Los avatares de la vida,
son como las modas,
abocas el baúl de hace años,
y estás otra vez a la última.
Y así nos va ahora,
"a la última, como si fuera la primera",
pero no es la primera, todo se repite.
Nada es nuevo, ni tan siquiera,
lo que parece inusitado,
por eso no estoy ni triste ni alegre
aunque tampoco indiferente.
Este vestido ya lo vi en otro "pase de modas"
no pregunté el precio,
lo sabía de antemano,
demasiado para mi sueldo,
excesivo para mi gusto,
rígido para mi talante.
Nunca me lo puse,
pero tuve que pagarlo
durante muchos años y a plazos.
ni tan siquiera perpleja.
Los avatares de la vida,
son como las modas,
abocas el baúl de hace años,
y estás otra vez a la última.
Y así nos va ahora,
"a la última, como si fuera la primera",
pero no es la primera, todo se repite.
Nada es nuevo, ni tan siquiera,
lo que parece inusitado,
por eso no estoy ni triste ni alegre
aunque tampoco indiferente.
Este vestido ya lo vi en otro "pase de modas"
no pregunté el precio,
lo sabía de antemano,
demasiado para mi sueldo,
excesivo para mi gusto,
rígido para mi talante.
Nunca me lo puse,
pero tuve que pagarlo
durante muchos años y a plazos.
imagen:Barbara Klemm
No hay comentarios:
Publicar un comentario