jueves, 14 de julio de 2022

SI ME LEVANTO MAÑANA


 










Mañana será otra cosa. Tal vez se levantará el cielo vestido de azul como una muñeca antigua o con agujeros de nubes grises como un pobre de los de antes aquellos que llevaban pantalones rotos por el uso que no por la moda. Mañana me levantaré o no y si no me levanto llorará por mi quien tenga que hacerlo. Dejarán de importarme las injusticias. Las estúpidas batallas de los egos políticos arrastrando a las buenas gentes. Las fronteras emocionales e irracionales. El cementerio marino de mi Mediterráneo donde los dioses pescan almas porque ya hay más muertos que peces más cruces que redes. La indiferencia de Europa tan vieja tan temerosa tan avara que ha de morirse aferrada a lo que fue y hoy ya no es. El hambre a secas porque ni agua hay para dar a los que no tienen diamantes ni petróleo. Y si me levanto me seguirá doliendo la ciática. Me cansará el cansancio de mi cuerpo. Me pesarán los besos que hoy por hoy no puedo dar a quien amo. Me dolerán los dolores de mi hija. Mi gato seguirá maullando a las siete de la mañana para que le dé de comer subiéndose a la mesa donde escribo para no dejarme hacerlo. Mañana será otra cosa. Otro cielo o el mismo azul aburrido. Otra factura emocional que se podrá pagar o no nunca se sabe. Otra promesa incumplida en la lucha por el poder. Un dolor amigo imposible de aliviar salvo con el abrazo y el silencio escuálida tirita para la profunda herida. Más ausencia. Algo más de melancolía y una tristeza disimulada entre frase y frase. Azúcar de la ironía de un posible café si me levanto mañana.

mabel escribano d.r. imagen: google

COLECCIÓN


Colecciono noches

aburridas de mi misma

tirándome por el balcón del hastío.

Noches que no amanecen

obstinadas en permanecer

ahogadas en la oscuridad.

Perdidas

ciegas 

sin otra cosa que los ojos del vacío

torpe lazarillo desconocedor

del camino de salida.

Beatos sentados

esperando que les coronen

gritando la maravilla de su santidad

refocilándose ante los demás de serlo.

Serpientes inocentes

con dolor de estómago

vomitando manzanas verdes.

Paraísos vacíos

rotos 

desmontados.

Colecciono desastres sin arreglo.

Cromos que la vida ha roto.

Maravillas cojas

sin muletas donde apoyarse.

Líneas rectas torcidas

paralelas ansiando besarse la una a la otra.

Llantos silenciosos

a gritos 

a puñados 

a interiores sin salida

olvidándose el pañuelo del dolor

en el bolsillo de un amanecer

demasiado lejano.

Y una flor sin agua que me mira

desde sus pétalos ajados y cansinos

que sin decirme nada

me colecciona.

mabel escribano

d.r.

imagen;: google

martes, 12 de julio de 2022

LA HUÍDA DEL TIEMPO


Cuando el tiempo se vaya sin decir adiós mirándome de soslayo evitando la mueca de cansancio o lo que es peor, de hastío. Cuando el tiempo se acomode en lo alto de un peñasco donde el vértigo no me deje subir y las piernas parezcan ser de otros acomodados en las rodillas pasajeros malditos de peso imposible. Cuando el tiempo sea eso que se escapa y los ojos no nos miren de frente y el perfume ya no huela a perfume y mi voz sea una triste carraspera. Cerraré los ojos para recordar sus pasos abriré la caja donde guardé los sonidos de sus risas y besaré el segundo donde dijo mi nombre aquella que me amó cuando el tiempo era tiempo. mabel escribano d.r.


lunes, 11 de julio de 2022

SIN TU ABRAZO









SIN TU ABRAZO Hay una música en el silencio que he aprendido a escuchar. Un sosiego entre la hierba batida por el aire y las olas manejadas por las infinitas manos del mar. Y en ésa placidez donde caben todas las cosas no dichas escucho tu respiración cercana a la mía sobre las copas blancas de las nubes poniendo firma a la luz de otra noche sin tu abrazo. mabel escribano d.r. imagen: Dmitry Trishin