Recuerda el tacto
de tu mano en la mía
cómo tus dedos
enredaban sobre mi piel
y los míos se hacían eco de la tuya.
Las miradas sonrientes
las aletas de la nariz
batiendo respuestas sin palabras
los pechos agitados.
Tus dientes mordiéndose los labios
sedientos de los míos
y mi boca, intentando abrir con la lengua
las puertas cerradas de tus besos
con la llave de una sonrisa incitante
e incitándome a besarte.
Recuerda amor,
la noche desnuda de su raso negro
liberada de las blondas transparentes
vestida con el perfume del deseo.
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