Otra vez son mis libros
Chet Baker y Valentine
Etta James y Blue Gardenia
los que se quedan esta nochevelando mi sueño.
De nuevo
repaso a Violeta Parra
chilena amante de un mar lejano
bebedora de su sal hasta la muerte.
Escucho el Adagietto de Mahler
mi llanto baila en la pista de mi cara
trato de darme ese ánimo
que sigue coleando dentro de mí.
Cada día aprendo a morir
cada minuto con más rapidez
también de manera más tranquila.
Me agoniza una parte del alma
mientras la otra lucha,
lucha por sobrevivir al fracaso mío
de casi todos los días.
Tirada en el suelo, lastimada
queda el testimonio de la melancolía
arrollada por la tristeza
instalada desde ayer en casa.
Esta noche me violó
hizo el amor conmigo sin yo quererlo
me besó, sin otra imagen que el mar
sin otro horizonte que las cuatro paredes
de esta habitación, hoy con vistas
a los desnudos ladrillos de mis penas.
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