domingo, 18 de octubre de 2015

Y AUN NO HABÍA CAMINO

Aún no había camino,
andaba entre las piedras,
dubitativamente, esperando la mano que iba a ponerlo,
liso y plano, para que pasara mi vida,
o dejase cruzar a mi destino,
sin miedo a tropezar y herirse.
Resbalé,
como resbala el viento
sobre los troncos de los árboles,
lastimándome contra su arrugada piel,
y estaba nadie,
y nadie no sabía como calmar mi dolor,
y empezó a llorar su torpeza, su soledad y la mía,
y tuve que consolarla, sin saber cómo se consolaba a la nada.
Aún no había camino
y era de noche,
y no habían nacido las estrellas,
y aquella nada y yo, nos tomamos de las manos,
y fuimos compañeras un tramo más entre las piedras.
Alguien dijo "No te hace falta nada"
y nada se marchó
y el que habló me dejó sola entre las piedras,
y aún no había camino.
imagen: josef-breitenbach

2 comentarios:

  1. ¿Cómo se consuela a la nada?
    intenso...hermoso..

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  2. Aunque no nos demos cuenta, siempre nos acompaña esa "nada" que nos desnuda a diario.

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