Súbitamente me encuentro con aquello que,
no esperaba.
Se me rompen las ideas,
una mirada desconocida me sonríe.
Es mi vida, ésa que había olvidado,
hace tanto tiempo.
No hay colores rosas,
en este sereno invierno del espejo.
Alicia saca la mano llamándome
es tiempo de mirar desde el otro lado.
Tiempo de no contar con el tiempo
de vivir ahora, hoy, tal vez mañana.
Y la sonrisa vuelve a ser espejo
tras la humedad que desaparece del cristal
mostrándome la desnudez de un cuerpo.
Súbitamente, me reconozco
soy la esencia de mi vida
el resto de mi dignidad de mujer
embutida en un cuerpo útil
pese a su decadencia.
Ciertamente con menos luz que ayer
pero sigue alumbrándome el camino
hacia aquello que llaman, el destino.
mabel escribano
d.r.
imagen: Katharine Hepburn
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