lunes, 15 de diciembre de 2014

MEMORIA


Recuerdo el tiempo de la timidez,
el balbucéo de la palabra,
con miedo al error o al atasco.
Aquel otro del silencio,
de la mirada inquieta,
de la pregunta sin sonido,
del acercarse apenas,
con miedo al rechazo,
escuchando la respiración,
y el palpitar en las sienes.
El tiempo de los labios hechos ríos,
afluentes tímidos de otra boca
que nos llevaba en volandas,
al cierre de los ojos,
bajada de pestañas,
ensoñación primera,
que alargaba la búsqueda,
mano a mano, del placer del tacto.
Entonces el silencio,
se envolvía en jadeos apasionados,
palabras que ardán incoherentes,
sobre las sábanas arrugadas,
mientras la ropa, en desorden
nos miraba con frío,
desde el suelo.



 imagen: Remi Kozdra

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