martes, 24 de mayo de 2016

EL PUEBLO


Se han quedado las calles vacías,
sin luz en las farolas, esas que rompió la noche,
ayudada por tu mano y el trozo de una estrella.
El silencio cubre las piedras,
por las que ayer corrimos,
los goznes de las puertas chirrían,
como las quejas de los ancianos de antaño,
que hoy duermen en el pequeño campo santo,
Cerraron la escuela cuando nos fuimos,
solo queda un trozo de cuerda
de nuestro columpio, y la rueda del camión,
donde nos balanceábamos,
tirada y llena de musgo.
Ya no tendríamos que saltar la verja,
para robar las fresas de la casa parroquial,
apenas quedan unos metros
y ya no son ni tan siquiera altas.
La fuente sigue sin manar,
y de la casa quedan dos paredes,
el resto se ha ido al suelo.
En la finca siguen creciendo jazmines,
echo de menos tu pelo para adornarte con ellos.
Me ha dicho el pastor, que hace dos años,
robaron la campana del campanario viejo.
Hoy dormiré en la iglesia.
Mañana veré como inundan el pueblo. 



imagen: Google

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