Se aferra al balcón la hiedra
enreda caracola el hierro
forjado con amor
a fuego y martillo.
La pequeña violeta tirita de frío
asolada por el viento del norte
llegado de improviso.
El balcón bate sus hojas
una contra otra con fuerza
tiemblan los cristales
creen morir en uno de sus golpes
En la cama hacen el amor
mientras las cortinas
elevan sus alas sobre el lecho
que ajeno a todo, cruje al ritmo
del deseo, sin saber
de la hiedra
el hierro
la violeta muerta de frío
y los cristales batiéndose
a golpes de corriente.
asolada por el viento del norte
llegado de improviso.
El balcón bate sus hojas
una contra otra con fuerza
tiemblan los cristales
creen morir en uno de sus golpes
En la cama hacen el amor
mientras las cortinas
elevan sus alas sobre el lecho
que ajeno a todo, cruje al ritmo
del deseo, sin saber
de la hiedra
el hierro
la violeta muerta de frío
y los cristales batiéndose
a golpes de corriente.
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