Me emborracha de silencios la tarde,
probándose un traje tras otro,
el amarillo me recuerda el visillo
que colgaba aquel amanecer
pleno de ritmo, al son de su cuerpo
con la música del mío.
El azul grisáceo trae memorias
lánguidas de un hasta luego,
que quedó en ese "luego"
que no acabó de llegar,
retrasándose sin remedio,
frente a un camino,
que el viento sigue borrando.
El espejo marino sangra
el tul desdeñoso de un sol
borracho de deseo, mirando el blanco desnudo
de una luna fuera de su alcance.
Brindo mi cetrina presencia a un cielo
sin ánimo para cantar un blues pálido,
con su ausencia pululando
por los colores del ocaso,
tan suyo como mío.
imagen; PAVEL
probándose un traje tras otro,
el amarillo me recuerda el visillo
que colgaba aquel amanecer
pleno de ritmo, al son de su cuerpo
con la música del mío.
El azul grisáceo trae memorias
lánguidas de un hasta luego,
que quedó en ese "luego"
que no acabó de llegar,
retrasándose sin remedio,
frente a un camino,
que el viento sigue borrando.
El espejo marino sangra
el tul desdeñoso de un sol
borracho de deseo, mirando el blanco desnudo
de una luna fuera de su alcance.
Brindo mi cetrina presencia a un cielo
sin ánimo para cantar un blues pálido,
con su ausencia pululando
por los colores del ocaso,
tan suyo como mío.
imagen; PAVEL
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