LA DANZA DE SALOME

Se da la vuelta la vida,
me mira con disciplencia,
sonrie y sigue su camino,
regando el mío, de flores
con formas de interrogantes.
No sé que responder,
demasiadas preguntas,
las confusiones bailan
quitándose los velos,
sin acabar de desnudarse
Salomé me mira,
el bautista gime mostrándome
sus grilletes.
Me atan las dudas,
al poste de su cuerpo,
los tules me dejan intuír
partes de las respuesta,
mientras el cuerpo se esconde
tras las miradas perdidas.
Asoma la vida una sonrisa cómplice,
Salomé, embutida en una túnica
se escapa con las respuestas
El Bautista llora, mirando su tronco
sin cabeza en las manos de la danza.
Yo estoy casi libre, atada a mis preguntas
con las respuestas escritas
en los velos que se han ido.

 imagen: Alex Kristov