Tal vez la voz se quiebre,
el poema, caiga en el agua
diluyéndose y todo sea
una broma del destino.
No somos iguales,
-es cierto-,
me separa de ti
la altura de tus ojos,
la forma de llorar
y los motivos,
nadie sufre igual, ni por lo mismo.
Por eso, nada pasará
cuando la voz se quiebre
y el poema se diluya
en el agua del llanto
por un hombre preso de sus ideas,
de sus prejuicios,
de sus miedos.
Nada pasará,
salvo el silbido del viento.
el poema, caiga en el agua
diluyéndose y todo sea
una broma del destino.
No somos iguales,
-es cierto-,
me separa de ti
la altura de tus ojos,
la forma de llorar
y los motivos,
nadie sufre igual, ni por lo mismo.
Por eso, nada pasará
cuando la voz se quiebre
y el poema se diluya
en el agua del llanto
por un hombre preso de sus ideas,
de sus prejuicios,
de sus miedos.
Nada pasará,
salvo el silbido del viento.
imagen: anja+buhrer
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