lunes, 7 de enero de 2013

LA MUERTE Y YO


Vivo la muerte
casi con familiar costumbre 
habituada a su presencia.
Le hago sitio en mi cama
trasiego por entre sus huesos
limpio los dientes de su calavera
mientras le cuento historias
divertidas sobre sí misma.
Esta noche no quería salir a trabajar.
Tenía frío.
Arrebujaba sus huesos contra mi carne
pidiéndome el fuerte abrazo que le impidiera
cumplir su cometido.
Le preparé el café amargo de todos los días
afilé su guadaña diciéndola..."Vete amor, te esperan"
Y salió de mi lado,con profunda tristeza
no sin antes prometerme
como cada día, regresar para llevarse
otro trozo de mi vida.



imagen: google

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