Era rojo el cielo,como tu boca.
Sobre las piedras llovían,
suspiros hechos trenzas,
atados a mi mente,
con lazos de sonrisas.
Al otro lado del cielo,
tocaban solas,las notas de un piano.
Un autobús pasó por mi lado
lleno de un extraño vacío,
y un ser de luz,
puso sus manos en el sol,
cargándose de energía.
Era tu cuerpo una sombra,
acercándose sin pudor al mío,
hasta que se destapó el sueño,
justo cuando la luz del sol,
quemó las alas de un pájaro azul,
posado en tu mano.
imagen: Google
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