martes, 8 de octubre de 2019

ALPINISMO EMOCIONAL

Esta tristeza,
que sonríe amargamente,
colgada de mi boca,
frente al dolor ajeno y propio.
Esta mirada que se sienta,
en el cansancio de lo visto,
con el piolet de la alegría,
roto entre las manos.
Inevitablemente sabe que,
nada puede hacer,
ni llorar siquiera,
cuando al lagrimal,
lo ha secado la experiencia
de la esperanza rota.
Estos brazos cansados de soportar,
el peso de las mentiras propias y ajenas,
cuelgan en el tendal blanco de las canas que,
el tiempo ha nevado,
sobre la cima de mis olvidados sueños.


imagen: Sam Bie

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