domingo, 7 de julio de 2013

DULCES LETRAS


Caen sobre las rocas, 
escarchas blancas
de salados bordados.

La mujer peina
su larga mata de pelo
junto al agua que lame sus pies
en sagrado y desconocido ritual.
Lejos,
un perro corre
un hombre grita
un niño vacía el mar
de su agua azul.
Dos gaviotas matan a un pez
que nadaba ajeno a la muerte
y un pescador toca la ceniza
de su cigarro apagado
con la punta del dedo
mirando la red dormida
y rota sobre la barca.
Cae el sol
baja el telón el horizonte
una nube llora
la agonía del trueno
entre sus brazos blancos.
Yo
esa que mira la distancia
esa que escribe su nombre
en la arena.
Yo
miro el reloj
vacío de su mirada
cierro el libro
paseado sin leer
suspirando otra vez
mientras el agua come
las dulces letras de su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario