jueves, 21 de mayo de 2015

EL DOLOR DE LA MEMORIA

No quiero saber tu nombre, 
ni tu historia, ni dónde quemaste
el último cartucho de dignidad.
Quiero que me desnudes,
desnudarte,
sentir tu piel en la mía,
durmiendo tus palabras en mi boca.
La calle tambalea la resaca
de un día mal vivido.
Sobre el asfalto, el agua de riego
escribe música con olor a matinal.
Nos ha metido en la cama, el mismo dolor,
del que no hablamos ni hablaremos,
dejaremos los miedos
en el pasillo del hotel junto con los zapatos,
para que los limpien otras manos,
mientras tu y yo, tratamos del quitarnos
el dolor de la memoria.

imagen: carsten-witte

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