Se oscurecen las luces de mi vida,
cuando el sol de tu mirada,
se nubla en mi cielo, por tu ausencia.
Y sé que desde lejos me mandas,
todas las estrellas de tus sonrisas,
para que mi camino tenga la luz ,
que tu lejanía apaga.
Voy a tientas, pero voy,
sigo yendo a la orilla del mar,
para oír tu voz en las cartas de la olas,
esas que tu no tienes y yo te presto.
Y así yo con tu limpio cielo,
y tú con mi mar en calma,
nos unimos en una hermosa sala de espera,
donde nadie da el turno, aunque nos toca ya.
Sabemos que el mar duerme,
bajo el manto azul de un cielo estrellado,
noche a noche.
Llegará la nuestra y tus estrellas
se peinarán en el mar de mi amor
bajo la mirada complacida de la luna llena.
cuando el sol de tu mirada,
se nubla en mi cielo, por tu ausencia.
Y sé que desde lejos me mandas,
todas las estrellas de tus sonrisas,
para que mi camino tenga la luz ,
que tu lejanía apaga.
Voy a tientas, pero voy,
sigo yendo a la orilla del mar,
para oír tu voz en las cartas de la olas,
esas que tu no tienes y yo te presto.
Y así yo con tu limpio cielo,
y tú con mi mar en calma,
nos unimos en una hermosa sala de espera,
donde nadie da el turno, aunque nos toca ya.
Sabemos que el mar duerme,
bajo el manto azul de un cielo estrellado,
noche a noche.
Llegará la nuestra y tus estrellas
se peinarán en el mar de mi amor
bajo la mirada complacida de la luna llena.
imagen: Kiyo Murakami
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