En alguna parte
el agua se esconde nada entre oscuridades
se pasea por las rocas
que el cielo nunca vio.
Lame paredes vírgenes
dando de comer a desconocidos seres
condenados a no saber que hay algo más
que esa negrura exenta
de la más mínima claridad.
En alguna parte
el río de mi alma se escapa
cierra los ojos a la luz
llora en rincones con permiso
de los ciempiés ciegos.
Se enrolla crisálida
de su balancín irónico
lamiéndose heridas ocultas
balbuceándo nombres imaginarios
de hadas y duendes.
Nunca han venido a visitarla
ha tenido que soñar los sueños
pintando con lágrimas
fantásticos paisajes donde
"Había una vez, alguien que la amaba".
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