MAR DE OCTUBRE EN SEPTIEMBRE

No me he resistido
me he dejado acariciar por ella
sin condiciones.

Me ha tomado
traspasando mi ropa
llegando a mi piel
con la frescura de sus mil manos
haciéndome gemir de placer, sin moverme
penetrándome hasta los huesos.
Sobre el banco
mi paraguas cerrado.
Frente a mi, el mar de octubre
en septiembre
y mi cuerpo, chorreando de lluvia
escondiendo mi llanto.