Siempre el humo
sus dedos y el humo
el café, el libro y el humo.
Siempre la tonada
aquella canción
donde los ojos eran verdes
verdes de nadie
pero eran verdes.
Siempre el humo y la risa
El humo haciendo aros
atravesados por
las flechas maravillas
de sus dedos.
De su boca al cielo
el cielo de su boca
y dos carbones
hechos diamantes .
Negros ojos
estrellas de lo oscuro
Y el humo diciendo “Está ahí”
ahí estaba, aunque no estuviera
Dormía
pero no dormía
sentía su olor tan cerca
jazmines .
El peso de su cuerpo
sobre la cama
su voz murmurando
“duerme”
Y no dormía
esperaba
no dormía
su pelo rozaba mi frente
su boca mi mejilla
boca que olía a humo
Su imagen que se hizo humo
Lloro, recuerdo y lloro
el humo que la hizo humo
llevándosela para siempre.
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