Todos los días busco "lo mismo",
pero lo mismo, no está,
se ha ido a alguna parte.
Un vecino creyó verlo,
aunque no está seguro porque,
para él, "lo mismo",
no es lo mismo que para mí.
Me he acercado al parque por ver
si entre los turistas está perdido,
pero tan solo he alcanzado a ver
un grupo de japoneses,
otro de franceses y más tarde,
muertos de frío,
un grupo de cordobeses.
Sigo sin encontrar ese "lo mismo"
que se me escapa día a día,
que de forma obsesiva,
quiere ser diferente a lo que acomoda.
Estoy tan cansada de aprender
rápidamente para no quedarme atrás.
Estoy tan fuera de mí,
porque no tengo tiempo de estar dentro.
Se me ha escapado
aquello que tenía mi ritmo.
Ahora encadeno redes,
apps,
móviles,
cadenas.
Sintonizo aparatos,
libros electrónicos,
amor por internet,
sexo sin gracia,
carne sin carne,
pornografía light
erotismo confuso,
y en lugar de una buena y divertida amante,
tengo una máquina que me explica chistes.
No reniego,
incluso hay días tontos en los que me gusta,
solo que otros trato de encontrar "lo mismo",
es un poco de añoranza,
porque reconozco que,
en el fondo, además de antigua, soy una sentimental.
mabel escribano
d.r.
imagen: mía
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