Te comprendo pero
¿qué quieres que haga?
sigo pelando patatas
y cociendo judías.
Quito el polvo a mis sueños
porque no sé incinerarlos
y ya no lloro porque éso no me consuela.
Soy como tú
un nombre mil veces repetido
una historia no más importante
que la tuya.
Escribo y a veces me lees
también me comprendes y como yo,
pelas patatas y cueces judías.
Tenemos entre los libros
alguna hoja de pasión
recuerdo de una corta historia de amor
con la que en ocasiones se sueña.
Algún que otro parto y muchas decepciones.
Ya no lloramos ni con las cebollas
hemos aprendido a ponerlas bajo el agua
antes de cortarlas.
Ya sé que no te soy de ningún consuelo
¿qué quieres que haga?
si sigo en la cocina de mi vida
y todavía no sé qué voy a hacer para cenar.
mabel escribano
d.r.
imagen: google
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