En este momento,
nada importa, salvo ese instinto,
la carátula original del individuo,
la distancia entre el abismo y la altura,
dependiendo de cómo y hacia donde miremos.
Hilos de seda recorriendo mi mente,
cargando eléctricos efluvios,
tics, pensamientos depravados,
lógicos, absurdos,
hijos del sentido común,
de la inercia,
del deseo desvariado,
del pragmático pensamiento.
Epilépticas reacciones
martilleando el blanco y blando cerebro.
Mi universo muere,
entre las sábanas
que ignoran mi existencia.
Soy lo que no soy,
lo que no deseo, aunque mi voluntad,
niegue este estado de latente morir
momento a momento.
mabel escribano
d.r.
imagen: google
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