Dicen que las despedidas
son amargas, sobre todo
cuando nadie te acompaña
con tristeza a despedirte.
Es desolador cuando tu mano
no encuentra otra a la que decir "adiós"
notando su pena al hacerlo.
Sé de muchas despedidas
donde el tiempo arrebata las querencias
y la vida, de forma inesperada.
Sé de muchas despedidas que no lo fueron
sobre todo de ésas en las que
no me vino a despedir ni el aire.
mabel escribano
d.r.
imagen: google
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